Sección histórica


 
Foto del ARA Bahía Buen Suceso en el Apostadero Naval Malvinas
El ARA Bahía Buen Suceso en el Apostadero Naval Malvinas

 

Ataque con misiles Exocet

El día 4 de mayo de 1982, la Aviación Naval Argentina obtuvo una resonante victoria al destruir al HMS Sheffield, utilizando aviones Super Etendard equipados con misiles Exocet AM-39 (aire-mar).
Tras ese exitoso ataque, el Estado Mayor de la Armada Argentina analizó la posibilidad de emplear también su arsenal de misiles Exocet MM-38 (mar-mar), para detener la acción de los buques de guerra británicos, que sistemáticamente efectuaban un persistente cañoneo naval nocturno sobre las unidades argentinas destacadas en las Islas Malvinas.

Cabe señalar que los modelos citados integran la familia de misiles Exocet de la empresa francesa Aérospatiale, junto con el modelo MM-40 de alto desempeño y el SM-39 que se dispara desde cápsulas lanzadas mediante los tubos torpederos de los submarinos. Algunas características de esta familia de armas misilísticas se detallan en los esquemas incluidos en la sección Documentos de este sitio.

Si bien los misiles Exocet MM-38 están diseñados para ser lanzados desde un buque contra otro buque, a mediados de mayo se encomendó al capitán Julio Marcelo Pérez y a un grupo de colaboradores de Puerto Belgrano, que intentaran desarrollar los equipos que permitieran lanzar dichos misiles desde instalaciones terrestres de las Malvinas.

Para llevar a cabo esa empresa, sin antecedentes en el mundo, había que vencer numerosas dificultades de todo tipo.
Los estudios determinaron que para desmontar de un buque, tanto los misiles como su compleja instalación, se necesitaría un tiempo demasiado prolongado, considerando la urgencia en detener el bombardeo naval enemigo.

Por lo tanto, se debió diseñar un equipamiento totalmente nuevo que fuese transportable por avión, sin contar con mucha información técnica, que sólo el fabricante de los misiles poseía. Para ello se encaró un relevamiento experimental que identificó las señales que el Exocet intercambiaba con su unidad de control, en cada una de las situaciones de tiro.

Así se construyó un sistema compuesto por un dispositivo que simulaba las señales eléctricas de control que la verdadera computadora de a bordo enviaba al misil en su montaje original, una plataforma inercial de lanzamiento terrestre, un carretón para transportar los misiles, un sistema de detección del blanco y un grupo electrógeno que proveía la alimentación eléctrica.

Esta serie de equipos debieron fabricarse velozmente, utilizando los elementos normales que pueden hallarse en un taller naval, lo que ocasionó que la instalación resultase mas grande que lo técnicamente necesario y tuviese componentes algo obsoletos.


Foto de la batería costera de misiles Exocet (ITB) en una calle de Puerto Argentino - Fuente: Terence Laheney
Parte de la batería terrestre de misiles Exocet MM-38 en Puerto Argentino (1982).
Se ve la plataforma inercial con 2 unidades contenedor-lanzador de misiles, pero
faltan los tacos de madera para inmovilizar las ruedas de la plataforma y el grupo
electrógeno con su correspondiente dispositivo electrónico de control de tiro.
Fuente: Terence Laheney

En la sección Fotos de este sitio se presentan algunas imágenes de esta improvisada batería misilística terrestre, que también fue conocida como "ITB" (instalación de tiro berreta).

Finalmente; tras muchas jornadas de febril trabajo en Puerto Belgrano, y dos peligrosos vuelos que debieron suspenderse; el personal técnico, los equipos descriptos y los contenedores-lanzadores de los misiles llegaron a Puerto Argentino el 31 de mayo, a bordo de aviones Hércules.

Rápidamente el Apostadero Naval Malvinas se puso a colaborar con el proyecto. Se colocaron los equipos en la calle que se encontraba frente al mismo, disimulando su presencia con sistemas de enmascaramiento. Los componentes se dispersaron y se ubicaron lejos del lugar de lanzamiento, para que en las imágenes tomadas por aviones y satélites no se descubriera lo que se estaba preparando. Se ordenó el mas estricto secreto sobre la operación, pues se sospechaba que los kelpers enviaban información a los británicos. Asimismo se dispuso una estricta guardia sobre los equipos, pues constituian un objetivo apetecible para un ataque de comandos enemigos.

Analizada la situación, se llegó a la conclusión de que el mejor sitio para emplazar la plataforma de lanzamiento era en el camino asfaltado que atraviesa el istmo que une a la penísula del aeropuerto con el resto de la isla, y que el armado de la instalación misilística en dicho lugar debía comenzar al anochecer, con la mayor discreción posible.


Isla Soledad: Mapa del emplazamiento de los Exocet MM-38 en el camino de Puerto Argentino al aeropuerto, durante la Guerra de las Malvinas (1982) - Fuente: Daniel G. Gionco
Croquis del sitio de emplazamiento de la batería terrestre de misiles Exocet MM-38 en cercanías
de Puerto Argentino y trayectoria del impacto sobre el HMS Glamorgan (fuera de escala)
Fuente: Daniel G. Gionco

Para obtener información precisa de la ubicación de los buques a batir, se disponía de un radar antipersonal del Ejército. Los datos que brindaba el mismo debían convertirse en determinados valores de tensión, que se ajustaban mediante potenciómetros, a fin de programar el misil a disparar.

Para efectuar un lanzamiento exitoso debían cumplimentarse una serie de pasos, que se describen a continuación.

En primer lugar, alrededor de las 18:30 se instalaba el radar y la plataforma inercial de lanzamiento que pesaba 6.000 kg; necesitándose casi una hora de trabajo para ubicar la plataforma en la dirección correcta de disparo, nivelarla y afirmarla con sus tacos de fijación, pues dichas maniobras se realizaban utilizando sólo la fuerza muscular de los conscriptos del Apostadero.
Luego, cerca de las 20:00 arribaba el carretón con dos contenedores de misiles, que pesaban 1.800 kg cada uno, y también llegaba una grúa autopropulsada que servía para levantar los contenedores y montarlos sobre la plataforma de lanzamiento, tras lo cual eran fijados a la misma.
Finalmente, alrededor de las 20:30 se presentaba el dispositivo electrónico de control de tiro con su grupo electrógeno, y se realizaba el cableado de todos los equipos, que se colocaban en la forma indicada en los croquis ilustrativos de la sección Documentos de este sitio.
Tras verificar la instalación, se arrancaba el grupo electrógeno y así quedaba todo listo para el disparo de los Exocet MM-38.

A partir de entonces debía aguardarse que alguno de los buques que realizaban el bombardeo nocturno, pasase por delante de la batería misilística costera. De no ser así, se desmontaba todo antes del amanecer y se volvían a ocultar los componentes.


Foto de Julio Marcelo Pérez en el Taller de Misiles de Puerto Belgrano - Fuente: Carlos Ríes Centeno
El capitán Julio M. Pérez en el Taller de Misiles de Pto. Belgrano (1983)
Fuente: Carlos Ríes Centeno

El 1º de junio se presentó la primera oportunidad. En el primer intento falló la ignición del propulsor del misil, por causas que no pudieron determinarse. Rápidamente se preparó el lanzamiento del segundo misil, que partió con una trayectoria incorrecta por errores originados en el apuro de efectuar el disparo antes de que el buque enemigo se alejase.

En los días siguientes se suspendieron las operaciones por falta de misiles, descubriéndose durante ese lapso que un pequeño componente de la ITB fallaba, siendo reemplazado con prontitud.
Recién el 5 de junio un avión Hércules transportó dos nuevos Exocet desde el continente. A partir de entonces, todas las noches se repetía la maniobra de armado de la instalación, espera de la presa y posterior desmontaje. El autor de este sitio participó de esas largas noches de tensa espera, en las cuales los buques enemigos no llegaban a cruzar la línea de tiro de la improvisada instalación misilística, la cual tenía una orientación fija de disparo.

Finalmente en la madrugada del 12 de junio se presentó la ocasión largamente esperada por los hombres comandados por el capitán Pérez.
Esa noche el radar detectó un buque británico que se encontraba a 29.960 metros en dirección 201º 22´, habiendo así ingresado en la zona de alcance de los misiles. Rápidamente se ejecutaron todos los pasos para el disparo del Exocet, que esta vez salió correctamente orientado e impactó en el blanco luego de algunos minutos que parecieron interminables, originando un gran resplandor que indicaba el éxito obtenido. Esta acción quedó grabada por el equipo de Carlos Ríes Centeno, productor del programa de televisión "La aventura del hombre", que a la sazón operaba el radar antipersonal Rasit.


Cuadro "Batterie terrestre de missiles MM-38 Exocet, modèle ITB du capitaine Julio Pérez (Iles Malouines-12/06/1982)" / Aguada sobre papel, de 35 x 50cm / Daniel Bechennec (2009) - Francia - Fuente: Daniel G. Gionco
"Batterie terrestre de missiles MM-38 Exocet, modèle ITB du capitaine Julio Pérez
(Iles Malouines-12/06/1982)" - Aguada sobre papel de Daniel Bechennec (2009)
Fuente: Daniel G. Gionco

Según pudo saberse meses mas tarde de fuentes británicas, el buque alcanzado era el HMS Glamorgan y el impacto se produjo en el sector de popa del mismo, pues su oficial de guardia Ian Inskip ordenó una oportuna maniobra de giro a estribor al detectar el misil que se acercaba, evitando así que el impacto ocurriera en el centro del barco, donde podría haber provocado un daño desvastador.


El HMS Glamorgan (D19) poco antes del Conflicto del Atlántico Sur - Fuente: Chris Howell
El destructor HMS Glamorgan en marzo de 1982, antes de comenzar la guerra
Fuente: Chris Howell

Según esas fuentes, en la acción fallecieron 13 personas y 22 resultaron heridas. El buque no se hundió pero quedó fuera de combate, por lo que no pudo volver a atacar las posiciones argentinas hasta el fin del conflicto.

El éxito logrado tuvo una amplia repercusión en los altos mandos navales de todo el mundo. Después de la caída de Puerto Argentino, los británicos realizaron un profundo análisis de la instalación misilística que quedó en las islas, asombrándose de que con esos medios improvisados se haya logrado poner fuera de combate a un navío de guerra tan poderoso.